Nos cuentan que el cultivo del café se conoce en la isla de La Palma desde el siglo XIX. Su implantación vino de la mano de los emigrantes que regresaban, principalmente de Cuba y Venezuela. Desde su descubrimiento, las semillas del café han viajado por el mundo y Canarias no iba a ser una excepción. Aquí se sembraron y dieron unos frutos que, durante un tiempo, tuvieron una cierta importancia, llegando incluso a presentarse como novedad en la Exposición Universal de Paris en 1897*. Pero como tantos otros productos agrarios en Canarias, su presencia en el campo palmero se fue abandonando, quedando únicamente como testimonio en algunas fincas para consumo propio. Quizá la infraestructura necesaria, tanto de la maquinaria, de la mano la mano de obra experimentada, y, sobre todo, la comercialización no funcionaron y su cultivo decayó hasta perderse en el olvido.

Años más tarde se volvió a intentar su producción, también sin éxito, excepto en la isla de Gran Canaria, concretamente en Agaete, que al día de hoy siguen cultivando, demostrando que el Café puede ser una alternativa a los cultivos tradicionales. Desde hace unos quince años y de la mano del amigo José, crecen en nuestro jardín 20 hermosos cafetos, procedentes de su finca en Colombia. Año tras año nos han dado ¨sus hijos ¨ adaptándose perfectamente al clima, a la tierra y al sol de Canarias. Ahora son muchas más.

Y pensamos que había llegado el momento de compartir el olor y el sabor de esos granos cultivados con mucho amor, orgánicamente, recogiéndolos a mano, uno a uno en el momento adecuado. Lo hacemos porque el tamaño de la finca nos lo permite. El tratamiento posterior hasta que llegue a su taza, es realizado por un técnico CQI formado allí dónde más saben de calidad.

El café con el que hemos crecido nada tiene que ver con el que, actualmente estamos demandando. Exigimos calidad, originalidad en los sabores, sin productos añadidos, ni química; con tostados naturales que dejen aflorar toda la magia del grano.

De ahí surgen los ¨cafés especiales¨ producidos en plantaciones sostenibles, micro o nano lotes para que el tratamiento sea lo mas personalizado posible. Nosotros tenemos un plus añadido ya que LA PALMA es un territorio insular con un clima maravilloso. Los cafés de las islas se consideran EXÓTICOS y el nuestro es, además, especial. Nuestra vida actual, agitada, tan “hacia fuera” nos hace desear y valorar las cosas simples, como un buen pan hecho al horno con Masa madre, un huevo de gallinas criadas en libertad en un huerto, una fruta madurada en el árbol…

Siguiendo los consejos de amigos “nostálgicos” de esos sabores auténticos, nos propusieron “Anthear” los cafetos (planta del café) por un tiempo *, y que les hiciéramos llegar su producto una vez procesado… ¿tomar un café especial de tu propia planta? ¿saber la procedencia de esos granos? Poder visitar la finca dentro de Europa? Verificar que ese café no contiene aditivos ni químicos? Poder asistir a su beneficiado (procedimiento desde la cosecha hasta el tueste)? Seguir su floración,? Nos pareció una idea fantástica y la hemos puesto en marcha. Ya tenemos amigos del Café que tienen su planta reservada. Ya son Antheistas!